Cuando te despierte el alba
al asomarse, tímida, en la ventana,
quita pronto la cortina,
para que pueda entrar la mañana
y de luz bañarte el alma.
Cuando te despierte el alba
y te saluden rosas perfumadas,
olvida las espinas,
arranca una y verás como extasiada
también la flor bañará su cara.
Cuando te despierte el alba,
aún dormida, deja la cama
y por favor camina,
sin prisa hacia la montaña
donde asoma el sol, con calma.
Y cuando al fin llegue la noche larga,
sumiendo en sueños tus luces blancas,
no desesperes, no es la ruina,
en un rato te despertará el alba,
para encaramarse, como ayer, a tu ventana.
Cuando te despierte el alba...
SILDAGO
al asomarse, tímida, en la ventana,
quita pronto la cortina,
para que pueda entrar la mañana
y de luz bañarte el alma.
Cuando te despierte el alba
y te saluden rosas perfumadas,
olvida las espinas,
arranca una y verás como extasiada
también la flor bañará su cara.
Cuando te despierte el alba,
aún dormida, deja la cama
y por favor camina,
sin prisa hacia la montaña
donde asoma el sol, con calma.
Y cuando al fin llegue la noche larga,
sumiendo en sueños tus luces blancas,
no desesperes, no es la ruina,
en un rato te despertará el alba,
para encaramarse, como ayer, a tu ventana.
Cuando te despierte el alba...
SILDAGO