¡¡Se viene la creciente!!
-gritó nervioso mi tío-
¡¡No hay quien frene al río,
hay que desalojar urgente!!
Y todo es movimiento,
unos cargando camas,
otros con el ropero a rastras,
-mientras saltábamos de contentos-
Es que éramos niños y nos agradaba
la idea del agua en la puerta,
con su pasaje de cosas sueltas
y de peces dentro de la sala.
Pero...más tarde la tristeza,
de nuestra casa removida
y por las aguas sumergida
nuestra quinta y su riqueza.
..............
El regreso...a limpiar todo,
con tristeza y lágrimas,
maldiciendo al agua
que al irse nos dejó su lodo.
Y cuando todo se olvida...
¡¡otra vez la creciente!!
y aquella sensación tan presente
de que Dios nos castiga.
¡¡Clases no hay,
el agua llegó a la escuela!!
-quizás la más bendita secuela
de tus crecientes Río Uruguay-
SILDAGO
-gritó nervioso mi tío-
¡¡No hay quien frene al río,
hay que desalojar urgente!!
Y todo es movimiento,
unos cargando camas,
otros con el ropero a rastras,
-mientras saltábamos de contentos-
Es que éramos niños y nos agradaba
la idea del agua en la puerta,
con su pasaje de cosas sueltas
y de peces dentro de la sala.
Pero...más tarde la tristeza,
de nuestra casa removida
y por las aguas sumergida
nuestra quinta y su riqueza.
..............
El regreso...a limpiar todo,
con tristeza y lágrimas,
maldiciendo al agua
que al irse nos dejó su lodo.
Y cuando todo se olvida...
¡¡otra vez la creciente!!
y aquella sensación tan presente
de que Dios nos castiga.
¡¡Clases no hay,
el agua llegó a la escuela!!
-quizás la más bendita secuela
de tus crecientes Río Uruguay-
SILDAGO