Corre jubiloso el niño entre la hierba
y retoza ufano el perrito con su amo
mientras trepan colinas y cruzan sierras.
Sólo un instante detienen ambos sus fiestas,
fue como una premonición...antes de caer el rayo,
como avanzada de otros rayos y cercanas lluvias.
Pero absortos en si mismos y en sus juegos,
no apuraron el paso por el sendero cercano
y continuaron felices, el perrito y su pequeño amo.
Recién cuando cortinaron al frente las gruesas gotas,
tiritaron de frío y miedo el niño y su perrito blanco,
buscando ambos el techo de aquél frondoso árbol.
Se hizo la noche, se inundaron campos y caminos,
mientras abrazados, pretendieron vencer al frío y al llanto,
tanto el desolado niño como su perrito asustado.
Lentamente pasó la tormenta y despertó el día,
y también lentamente despertó el niño aún atherido y mojado,
pero el perrito continuó soñando con colinas y sierras,
porque su propio calor a su amiguito había regalado.
SILDAGO
y retoza ufano el perrito con su amo
mientras trepan colinas y cruzan sierras.
Sólo un instante detienen ambos sus fiestas,
fue como una premonición...antes de caer el rayo,
como avanzada de otros rayos y cercanas lluvias.
Pero absortos en si mismos y en sus juegos,
no apuraron el paso por el sendero cercano
y continuaron felices, el perrito y su pequeño amo.
Recién cuando cortinaron al frente las gruesas gotas,
tiritaron de frío y miedo el niño y su perrito blanco,
buscando ambos el techo de aquél frondoso árbol.
Se hizo la noche, se inundaron campos y caminos,
mientras abrazados, pretendieron vencer al frío y al llanto,
tanto el desolado niño como su perrito asustado.
Lentamente pasó la tormenta y despertó el día,
y también lentamente despertó el niño aún atherido y mojado,
pero el perrito continuó soñando con colinas y sierras,
porque su propio calor a su amiguito había regalado.
SILDAGO
No hay comentarios:
Publicar un comentario